Columna rosa
El personaje de esta
historia era un escritor idealista, que de tanto asco que le produjo el
entorno, comenzó a enfermar.
Como vivía en un
país corrupto, con una de las
desigualdades más grandes del planeta, con índices de lectura per cápita y de
niveles educativos que daban pena; y además se sentía rodeado de abyectos,
cínicos y malandrines —de un lado— y de cobardes, miedosos e insensibles de
otro, le sucedió lo de don Alonso Quijano: enloqueció.
Se inundó de dolor
de alma y de altos niveles de asco por todo lo que lo rodeaba.
Entonces le pasó lo
del personaje de la famosa fábula de Monterroso titulada ‘El mono que quiso ser
escritor’, y que habla del tipo que quiso escribir sobre todas las porquerías y
escoria de la condición humana, pero ante la múltiple presión social, decidió comenzar
a escribir columnas rosa. Sobre cómo volverse rico y bello en breve tiempo.
Sobre lo bello, sano e inmaculado de su país.
Y así, intentó tapar
el sol con su pluma rosa.
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