lunes, 28 de marzo de 2011

Harold Kremer / Citas

Escritura
Copacabana, Rio de Janeiro, 2010
Foto de Triunfo Arciniegas

Harold Kremer
CITAS


Todo mundo sabe que los sueños hacen parte de la realidad. Y el que no lo sepa, sencillamente está jodido.


Lo real no es solo lo sensorial. Para mí, entre otras, el imaginario hace parte de lo real, puede que no lo sea para un académico sin emociones, pero para el común de la gente eso hace parte de su vida.


Yo sigo sorprendiéndome del mundo, sigo siendo un niño. En la niñez nos formamos para el resto de la vida. Las preguntas más trascendentales vienen de la niñez. Es el período en el que pasamos de lo fantástico a lo real y en el que nos resistimos a aceptar ese mundo nuevo. Creo que es el verdadero momento en que somos rebeldes, y también inocentes. En la búsqueda de conservar ese mundo es que podemos convertirnos en asesinos, policías, ladrones o escritores. Yo diría que el recurso de utilizar un narrador niño (en El prisionero de papá, por ejemplo) es contar un relato en el que ese personaje no tiene juicios o, si los tiene, son equivocados, o no son propios sino de los adultos. Esa carencia de competencia, esas limitaciones, le dan una carga semántica nueva al relato, convirtiéndolo, a veces, en un texto extraño (por ejemplo el comienzo de la novela de William Faulkner El sonido y la furia o la inocencia frente a la interpretación del narrador del cuento Es que somos muy pobres, de Rulfo). Esta focalización de una historia simple puede convertirse en un relato sugestivo, lleno de matices, de simbología y de candidez frente a la interpretación de un universo.  


Existe la supremacía de la novela fácil, de moda, con temáticas atrapabobos. Hoy en día todo mundo escribe bien. Cualquiera que entre, con algo de disciplina, a un taller de escritura, puede aprender tres o cuatro trucos para contar cualquier cosa. Sin embargo, el problema es otro. ¿Cómo los acontecimientos narrados son capaces de cuestionarnos hasta el punto de que tengan una trascendencia en nuestras vidas? ¿Con cuál mirada observamos, por ejemplo, nuestra época? ¿Desde dónde la pensamos?


Lo importante, me parece, es que la literatura nos ayude a vivir, bien o mal, pero que nos ayude.



Harold Kremer
El sueño de la muerte
Entrevista de Marcos Fabián Herrera Muñoz

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