Este texto fue leído en la Audiencia Pública Ambiental llevada a cabo —por petición y presión de la comunidad— el pasado jueves 9 de febrero/17, en el municipio de Restrepo, Meta ante la Agencia Nacional de Licencias Ambientales (ANLA) sobre el tema 'proyecto vial Villavicencio-Yopal, tramo 1: doble calzada Villavicencio-Cumaral. Audiencia en la cual, sin excepción, la comunidad y las autoridades locales manifestaron su rechazo unánime a la destrucción del piedemonte llanero que pretenden hacer con este proyecto la ANI y su contratista Covioriente, con pretendidos avales y licencias de Cormacarena y la ANLA.
El
título de esta intervención no es más que una pregunta que busco responder
desde el deseo y el corazón, pero que la razón —así parece y lo sospecho,
aunque quisiera equivocarme— se encargará de señalar con un execrable resultado.
Solo con el tiempo y los hechos futuros lo sabremos.
Por lo pronto sé que muchos expertos que se
presentan hoy con voz desde la comunidad, intervienen, exponen y tratan con
sapiencia —cada uno en su tema— sus propuestas. Yo solo pretendo narrar de
forma breve diversos episodios y puntos de vista que se traen a este espacio.
Pero primero quiero compartir algunas
reflexiones generadas a partir de tan largo, tortuoso y extraño camino que nos
ha llevado hasta aquí.
Quisiera pensar, repito, que estoy equivocado —y ojalá así sea— pero al
estar aquí, en esta ‘audiencia pública’, me traslado de forma inevitable a la
escena de un circo, donde desfilan malabaristas, encantadores de serpientes y
magos con sus inevitables micos, peligrosos tigres, zorrillos disfrazados, burros
amarrados, osos, habitantes y trabajadores permanentes de la carpa, gente del
público, y los imperdibles payasos, entre tanta especie que pulula por estos
espacios. Y sí, todos desfilan, presentan su número y son aplaudidos, pero
allá, tras bambalinas, están —en sus mamparas— los dueños del negocio, del
circo, quienes tienen todo calculado y decidido desde siempre. Allá,
repartiendo las ganancias y los réditos.
Aquí han venido ustedes, señores de la Agencia
Nacional de Infraestructura, ANI, y Covioriente, con la anuencia de la Agencia
Nacional de Licencias Ambientales, ANLA, y Cormacarena, a presentarnos
prácticamente lo mismo que hemos visto en este último año, solo que ahora con
ciertos soportes de dudosa caligrafía. Y se los digo aquí en esta audiencia,
porque precisamente esas bellas y amañadas presentaciones que nos traen, me
recuerdan dos cosas: uno, la frase de un septuagenario que señaló en alguna reunión
pasada: ‘definitivamente la tecnología es
una maravilla; hace más de 500 años nos conquistaron con espejitos, hoy lo
hacen con grandes pantallas en Power Point, eso sí, muy coloridas y bonitas,
para qué.’ Y dos, lo que me ha confesado —desde que comenzó este proceso—
una fuente de entera credibilidad, contactada como resultado de mis constantes
pesquisas periodísticas; confesiones que comprometen seriamente los resultados
que podemos esperar, además de generar dudas, incertidumbre y temor por lo que
pueda suceder en desarrollo de este proyecto vial que hoy nos ocupa.
Esta fuente, que estuvo durante mucho
tiempo en las entrañas de similares proyectos como parte del corazón de esas
organizaciones llamadas concesiones, me dijo desde un principio, a la manera de
un clarividente, muchas cosas que se han cumplido al dedillo, como profecías.
Entre otras: de cómo estos representantes de la aplanadora 4G avanzarían con
este proyecto, hasta donde les fuera posible, de manera casi clandestina y —por
supuesto— a espaldas siempre de la comunidad, e incluso, como lo denuncian los
gobernantes locales y regionales, también de nuestras autoridades, por encima
de sus planes de desarrollo, de sus POT, de sus normas, de las necesidades
reales de las administraciones locales y de sus comunidades. Y así fue.
Luego —nos dijo la fuente—, cuando ya sea
inevitable dar a conocer su negocio-proyecto vial —a causa de la presión
regional desde todos sus flancos—, comenzarán desde adentro a manipular la
información, a generar desinformación y confusión, para dispersar las
opiniones. Y así, tal cual sucedió.
Vendrán entonces (continúa mi
clarividente) unas ‘socializaciones’ de pobre convocatoria que se limita a
cumplir con lo estrictamente necesario, para evitar que sean masivas y que se
les salga de las manos (así como lo han hecho con esta audiencia pública).
Y en desarrollo del lamentable proceso
—sigue mi fuente— verán cómo coquetean y cooptan a buena parte de quienes
pueden ser veedores del proyecto, líderes, obstáculos u opositores. Y por
supuesto que en gran medida lo logran.
Otra de las muchas tácticas que resultan
efectivísimas —señaló mi fuente en su momento— es la de guardarse obras que
saben que tienen que incluir en el proyecto, pero que no las presentan en las
primeras socializaciones para que después —cuando las incluyan, como lo tenían
ocultamente previsto— aparezcan como producto de ‘la concertación con la
comunidad’, es decir, para que la opinión pública vea que sí escucharon los
clamores de la gente y de las autoridades locales. Tal cual pasó con la
cicloruta Villavicencio-Cumaral, que es, sin duda alguna, la más reconocida —y
prácticamente un patrimonio nuestro— en toda la región; obra que supuestamente
no tenían prevista y que a petición del alcalde de Restrepo, de los bicinavegantes
y demás fuerzas vivas de la sociedad, concertaron —como gran dádiva de la
concesionaria— en incluirla dentro del proyecto. Pero claro que si no
hubiésemos exigido y protestado, se habrían quedado callados y la obra no se incluye
en el proyecto. Porque algo sí debe quedar bien claro: que aquí no nos están
regalando nada.
Pero —siguiendo con las profecías del
clarividente— hay, entre muchas otros asuntos delicados, uno que podemos resumir
con el ejemplo clásico del abogado que le dice a su cliente: ‘dígame nomás de
qué lado debo estar. ¿Usted es la víctima o el demandado?, le tengo la defensa
para cualquiera de los casos.’ O el del inescrupuloso contador que señala:
‘solo dígame cuánto quiere que le dé uno más uno. Yo le puedo demostrar que es
dos pero también uno, menos uno, tres, cinco, en fin, lo que quiera que le dé.’
Y eso —por lo que me dijo el profeta— es lo que sucede y/o va a suceder en
estos casos con los famosos expertos en estudios ambientales, o, —terrible por
lo que toca de forma mucho más directa a los afectados— en el caso de los
peritos o los expertos en avalúos prediales. En el primero de los casos es:
‘qué quiere que defienda con nuestro estudio: la montaña o el llano y sus
prósperos predios’. Para cada interés se ofrece y se soporta un estudio. Y en el
segundo caso, es vox populi cómo funciona el asunto de los avalúos: una voz
dice desde las alturas: ‘necesito a alguien a quien esos predios no les dé en
sus informes y peritajes más de tanto.’ Sí, tal como se oye. Los hechos
demuestran que así se ha actuado, pues luego de prometerles a las comunidades
—por parte de estas organizaciones también llamadas concesionarias— que ‘estén
tranquilos que se les pagará los precios comerciales’, resultan pagando
indemnizaciones miserables e indignas equivalentes incluso a un 30% de lo que
en verdad y en justicia valen los predios de los cuales nos van a expulsar, a
desterrar, a desplazar. Y si no, los invito a que escuchemos —aquí y ahora— los
testimonios de varias personas que han sido víctimas de estas prácticas en proyectos
similares, y que hoy se encuentran en este recinto.
Todo esto es muy grave, y por supuesto
que genera temor y una profunda incertidumbre, pero también mucha rabia e
indignación.
Y aquí debo destacar hoy y en justicia,
la forma tajante, frentera y contundente como los tres alcaldes de los
municipios por donde pasará la vía, han defendido la dignidad de la gente que
los eligió, los derechos de nuestra región, y —de forma unánime— el respeto que
merece la montaña, el piedemonte, que debe seguir siendo intocable, más cuando
en este proyecto existen alternativas viables y de mejores especificaciones
técnicas y hasta económicas.
Para el ciudadano de a pie es muy
significativo que sus alcaldes —que no se oponen al proyecto, como nadie de la
comunidad—, Wilmar Barbosa, de Villavicencio, César Robayo, de Restrepo, y
Miguel Antonio Caro, de Cumaral, hayan dado este espaldarazo para exigir al
unísono un cambio en los diseños y el trazado de la doble calzada
Villavicencio-Cumaral; que no puede ser aprobada como la tienen proyectada, y
mucho menos ser avalada con una licencia ambiental por parte de la ANLA.
Y es aquí, a partir de este momento,
donde debemos unirnos en una sola voz que se levante con esta sentida protesta
de toda la comunidad, que incluye a sus primeras autoridades locales, para
defender el medio ambiente, nuestra rica y delicada biodiversidad que pretenden
atropellar con este proyecto. Tal vez así —y solo así: unidos en un solo
objetivo— logremos lo aparentemente imposible: que se reconsidere el actual
trazado y que se rediseñe respetando el piedemonte llanero, tan breve, frágil y
rico como el mejor de nuestros tesoros presentes y futuros.
===
Es de vital importancia, repito, aclarar
que nuestra posición crítica frente al proyecto que hoy nos ocupa, en ningún
momento significa que nos oponemos al desarrollo ni mucho menos a que se
ejecute el importante proyecto vial, que se considera necesario para la región.
Lo que buscamos es que se haga bien, con las mejores especificaciones técnicas,
con pleno respeto por el medioambiente y su biodiversidad, y con respeto por la
dignidad y el desarrollo humanos. Pues no olvidemos que estos proyectos se
realizan con nuestro dinero, nuestros impuestos y pago de peajes; por lo cual
estamos en todo el derecho de exigir que se hagan obras decentes, visionarias y
respetuosas de la vida en todas sus manifestaciones.
Las comunidades de Villavicencio,
Restrepo y Cumaral, se han preparado con sus mejores argumentos ante esta Audiencia Pública para presentar hoy sus inquietudes
y propuestas que esperamos y exigimos, sean tenidas en cuenta con seriedad y
—en especial— con honestidad. Que se estudien, se discutan con sus proponentes,
y se concluya luego de una verdadera y sincera concertación.
Con dichas propuestas se busca evitar que
se mantenga —de forma obstinada— el diseño de la vía que pretende destruir
parte fundamental del piedemonte y su biodiversidad, además de atravesar el
casco urbano de Restrepo, tal como lo propone Covioriente ante la ANI y ahora
ante la ANLA.
Vale señalar que
esta audiencia fue solicitada inicialmente por el alcalde de Restrepo y a la
vez (de manera autónoma e independiente) por más de 300 firmas que recogimos
directamente de la comunidad, pero que la veeduría ciudadana para la doble calzada,
que nunca pidió la audiencia, sí solicitó en cambio, a última hora, de común
acuerdo con el alcalde de Restrepo y a nombre de toda la comunidad, la
derogación de este mecanismo de participación, en contravía de la voluntad de
la comunidad representada ante ANLA por más de 300 firmas, gracias a lo cual se
ha hecho valer nuestra solicitud popular para que hoy estemos participando
activamente en la presente audiencia.
El
proyecto presentado por la concesionaria a la ANLA busca que la vía se haga sobre
la montaña en el trayecto que va desde Puente Amarillo hasta el río Salinas,
cerca del casco urbano de Restrepo, con afectación de un bosque de cerca de 10
mil árboles, que en gran porcentaje son nativos, y no de 4.000 ‘palos’ de
maleza, como lo señala el estudio dudoso, sesgado y sin evidencias completas presentado
por Covioriente, que vale señalar, no ofrece con exactitud un inventario
minucioso que indique la cantidad de árboles de cada especie, con edad, origen,
ubicación y demás especificaciones; lo cual se presta para lo que fue hecho:
para especular y confundir. Por lo tanto, consideramos que se debe replantear
el proyecto por inviabilidad en el tema ambiental, ya que es completamente
lesivo para el medioambiente, porque no lo respeta, y por el contrario lo
avasalla; con dicho trazado se destruye parte vital del piedemonte llanero, se extermina
un corredor biológico muy importante, con su fauna, flora, fuentes de agua,
manantiales y nacimientos que allí se originan y que surten todo el sector.
Además de generar graves problemas de erosión.
Por su parte, los expertos exponen en
esta audiencia los serios inconvenientes técnicos, de movilidad y desarrollo,
además de la parte humana, que generaría el hecho de que la doble calzada
proyectada Villavicencio-Cumaral, que se anuncia con una variante en Restrepo,
en realidad atraviese su casco urbano, tal como lo hace actualmente.
Por ello, se propone que se trace una vía
con todas las especificaciones técnicas propias de una doble calzada moderna, directa
entre Villavicencio y Cumaral, sin afectar el piedemonte y sin fracturar el
casco urbano; con una vía más expedita, más corta y más económica. Y que se
deje la actual vía como un corredor ecoturístico, que permitirá fortalecer la
economía en el sector.
Y que no nos digan que
todo está consumado y que no se puede variar nada, porque si bien se tiene un contrato
firmado, precisamente se está discutiendo su trazado propuesto, y se estudia la
viabilidad ambiental para sus respectivas licencias y aprobación. De lo
contrario esta audiencia no sería un mecanismo
previsto en la Constitución para permitir que la voz de la comunidad se escuche
frente a los proyectos de gran impacto social y ambiental que realice el Estado,
sino otra vulgar escena circense de oficio para sellar lo ya pactado a espaldas
de la gente, en medio de este país que hiede en la podredumbre contractual, y
más en el sector de la infraestructura del que sabemos por la avalancha de
noticias de corrupción que salpican por doquier. Y —perdónenme la sinceridad,
señora directora de la ANLA, directivos de ANI, Covioriente y Cormacarena,
pero las evidencias investigativas así nos lo señalan— es un asunto que está tocando
en tiempo real, las entrañas mismas de sus respectivas oficinas.
* Escritor y periodista. Correo: entreletras2@gmail.com - twitter: @jaimefm60
Ojalá consideren y analicen su a apreciaciones para una decisión técnica y justa.
ResponderEliminarEl oprimido no puede alzar su voz. Pero más de trescientas voces amparadas en la verdad, no callan. Claman respeto para los pueblos y su naturaleza.
ResponderEliminarDoctores de oficina que deciden destinos de hombre y naturaleza: hagan su trabajo como debe hacerse (para variar).
Todo está consumado, el miedo y la corrupción. Excelente argumentación.
ResponderEliminarEscrito magnifico, substancial y abarcante de la cruda realidad que refleja este proyecto, sus actores y en suma este sistema y gobierno corrupto, a los que les importa un pito las comunidades de los entes territoriales y otro tanto el medio ambiente. Porque lo que realmente prima es la renta, el negocio del señor Luis Carlos Sarmiento Ángulo, dueño de la contratación de las mentadas vías 4G, de sus socio amigos del gobierno central y de la manada de saurios politiqueros que los acompañan para el logro de sus mezquinos y ambiciosos objetivos.
ResponderEliminarEscrito magnifico, substancial y abarcante de la cruda realidad que refleja este proyecto, sus actores y en suma este sistema y gobierno corrupto, a los que les importa un pito las comunidades de los entes territoriales y otro tanto el medio ambiente. Porque lo que realmente prima es la renta, el negocio del señor Luis Carlos Sarmiento Ángulo, dueño de la contratación de las mentadas vías 4G, de sus socio amigos del gobierno central y de la manada de saurios politiqueros que los acompañan para el logro de sus mezquinos y ambiciosos objetivos.
ResponderEliminarLa simulación es un arte, es llevar la verdad como careta. Es forzar lo cierto por algo que se dice, más cierto.
ResponderEliminarSi la audiencia, no tiene como objeto: oirsen las partes, argumentar y buscar lo mejor, realmente ella sera el lleno de un requisito legal, tener la prueba de la simulación, vestir el simulacro.
Pero yo quiero creer en los milagros. En una Colombia sin trapisondas, sin corrupción. Cristina Aguilar